Parlem amb... Hortensia Vaello, confundadora del ICOFCV (monográfico XX Aniversario Colegio)

 

Parlem amb... Hortensia Vaello, confundadora del ICOFCV (monográfico XX Aniversario Colegio)

En los 20 años que lleva en funcionamiento el Colegio de Fisioterapeutas han sido muchas las personas que han trabajado por él y por la profesión, algunas forman parte de él desde sus inicios. En el Parlem amb de este especial hablamos con una de ellas, nuestra colegiada Hortensia Vaello. Fue miembro de la Asociación Española de Fisioterapia-AEF y una de las promotoras-fundadoras del ICOFCV, además de una de las tres mujeres que formaron parte de la primera Junta de Gobierno del Colegio. Una labor institucional que compaginó con su trabajo como fisioterapeuta en Atención Primaria. De esos primeros años, de la colegiación y de su visión actual de la institución nos habla en esta entrevista.

En primer lugar, nos gustaría saber qué le llevó a estudiar Fisioterapia…

Fue una casualidad. Quería estudiar Medicina pero por muy poquito no alcancé la nota requerida. Entonces me planteé hacer algo que no tuviera nada que ver con la sanidad pero que me gustara y que me permitiera al año siguiente pasar a primero de Medicina. Y elegí Bellas Artes. Me pasé un año genial, aprobé todo y al acabar el curso solicité el ingreso en Medicina y me aceptaron. Pero estaba confusa, no tenía claro si continuar Bellas Artes o empezar Medicina. En ese periodo de reflexión, mi padre me dijo que un amigo suyo rehabilitador le había comentado que el año anterior se había iniciado una nueva carrera, Fisioterapia, que estaba muy relacionada con la medicina y que solo había una escuela en España, por lo tanto, con grandes posibilidades de trabajo. Esto despertó mi curiosidad y quise probar. Así que me inscribí y me admitieron en Fisioterapia. 

Puedo decir orgullosa que en los más de 30 años que llevo trabajando como fisioterapeuta no ha habido ni una sola mañana en la que me haya levantado arrepentida de haber hecho este cambio. Soy una enamorada de la profesión, me ha dado muchas gratificaciones en esta vida. Mi vida laboral es muy satisfactoria.

Antes de la creación del Colegio, ya formó parte de la Delegación de Valencia de AEF ¿Qué le llevó a implicarse desde el primer momento en las instituciones que representan al colectivo? 

Una mezcla de casualidad y compromiso personal. Siempre me he volcado con lo que he hecho. Nada más acabar la diplomatura empecé a trabajar y al año siguiente hice una pequeña sustitución en el Hospital Clínico. Estando allí, nos visitaron Donato Navarro y Pedro Rosado, presidente de la AEF en la Comunidad Valenciana y delegado de Valencia respectivamente. Estuvieron hablando conmigo, me convencieron y me asocié. 

Parte de los miembros de la delegación promovieron el Colegio de Fisioterapeutas, ¿no es así?

Así es. La fisioterapia era una profesión nueva. La mayoría de los profesionales eran fisioterapeutas-ATS y estaban colegiados en el Colegio de Enfermería, no tenían ningún interés de cambiar. Pero sí había un grupo que teníamos ilusión y ganas de crear nuestro propio Colegio para fortalecer nuestra profesión. 

La creación del ICOFCV no fue fácil. De hecho, desde la primera solicitud a las Cortes hasta la aprobación final pasaron 9 años ¿qué puede contarnos de los preliminares?  

Fueron momentos difíciles porque nos encontramos muchas trabas. En 1991 se presentó un proyecto en las Cortes Valencianas para aprobar la creación del Colegio que parecía que iba a ir adelante pero en el último momento lo retiraron. Fue un golpe, pero creíamos tanto en ello que seguimos trabajando y luchando para sacarlo adelante. 

Después del primer rechazo, nuestro abogado de entonces, Vicente Martínez, continuó trabajando en el proyecto y se preocupó de que todo estuviera muy bien ordenado para que nos lo aprobaran. Tras un arduo trabajo, en el año 2000 se aprobó la creación del ICOFCV. Costó muchísimo.

¿Cómo explicaría que el ICOFCV fuera de los últimos en crearse cuando Valencia siempre fue pionera en Fisioterapia?

No nos dieron razones pero por vías indirectas nos llegó que políticamente no interesaba que el Colegio de Fisioterapeutas empezase a funcionar, había intereses contrarios.

 

 "Para nosotros la creación del ICOFCV fue un gran triunfo... pero también fue duro porque había gente que no nos apoyaba".

 

Es una de las fundadoras del Colegio, ¿cómo vivió aquellos momentos?

Para nosotros fue un gran triunfo, estábamos contentísimos. Al principio éramos solo 50 colegiados pero había una perspectiva de ser alrededor de 2.500 fisioterapeutas. 

El 17 de junio del 2000 se celebró la Asamblea Constituyente y las elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio, que dos días después quedaba constituida. El momento en que se aprobó la formación de la Junta fue muy emotivo. Recuerdo la cara de Vicenta Fortuny, creo que fue la que más se emocionó. Días más tarde, ya en julio, celebramos la primera reunión y presentamos los primeros Estatutos que habíamos confeccionado. 

Había mucha ilusión y creamos un grupo muy unido pero también fue duro porque había gente que no nos apoyaba.

¿Cómo recibió el colectivo fisioterapeuta la creación del Colegio? 

De entrada asustó mucho que la colegiación fuera obligatoria. Como he comentado, buena parte de los fisioterapeutas que ya estaban trabajando eran miembros del Colegio de Enfermería y no les interesaba cambiarse. Tanto es así, que el Colegio fue creciendo por los nuevos egresados. Ya entonces íbamos a las universidades que impartían Fisioterapia a dar charlas para presentarles las ventajas que tenían como colegiados. 

Tuvimos que hacer un gran esfuerzo para que la gente se fuera sumando ya que al ser algo impuesto no era bien recibido. De hecho, ni tan siquiera todos los que empezamos estábamos de acuerdo en que fuera obligatorio.

¿Qué ventajas tenía el Colegio frente a una Asociación?

El Colegio tiene algo que no tiene una asociación: es una corporación de derecho público, es decir, es un órgano oficial y con una capacidad jurídica de la que carece la Asociación. El Colegio defiende los intereses profesionales y puede presentar proyectos, reclamaciones, etc. hacia las instituciones, vela por la excelencia y la ética profesional, lucha contra el intrusismo,… con todo ello se podían conseguir mejoras profesionales imposibles desde una Asociación.

En esta línea, se hizo un Código Deontológico que había que respetar como símbolo de la buena praxis y que nos refrendaba como profesionales sanitarios regulados ante la sociedad. 

En sus inicios la sede estuvo en Massanassa. ¿Cómo fue el traslado a la sede actual de Valencia?

En realidad, inicialmente el domicilio social estaba en Onteniente pero necesitábamos un lugar de reunión y nuestro compañero Vicente Bou nos cedió un piso en Massanassa. Fue algo provisional ya que empezamos a buscar un local que estuviera céntrico, al que la gente pudiera llegar en transporte público, que hubiera aparcamiento y en el que cupiésemos. Se encontró la sede actual y en el 2001 se compró. En mi opinión, ya se ha quedado un poco pequeña. 

Las sedes en Alicante y en Castellón no llegarían hasta 2009… 

Éramos colegiados de las tres provincias y cada vez que se celebraba un curso o cualquier otra actividad se hacía en Valencia. Los compañeros de Alicante y Castellón necesitaban tener una ubicación más cercana a la que poder dirigirse y en la que poder interactuar. Se tardó unos años porque económicamente no era fácil. Había que buscar un local y tener al menos lo básico para que las delegaciones pudieran funcionar.

Fue una de las tres mujeres que formaron parte de la primera Junta de Gobierno del Colegio, en concreto, ocupó el cargo de tesorera. ¿Qué supuso para usted?

Más que el cargo en sí, para mí lo que fue muy importante es formar parte de la creación del Colegio, darle un empujón al colectivo para mejorar como profesionales.

Aparte, destacaría las relaciones personales, en especial con Pedro Rosado y Pepe Melià, para mí dos personas emblemáticas. El primero ha estado siempre apoyando, es muy inteligente, ha sabido estar; y Pepe Melià ha sido un gran amigo. También hice una gran amistad con Vicenta Fortuny. 

En las segundas elecciones, celebradas el 21 de junio de 2002, pasó a ser vicedecana… 

Soy muy meticulosa, cuando hago algo o estoy al 100% o lo dejo. Por temas personales vi que no podía llevar la tesorería como debía y comuniqué que no quería seguir. Me ofrecieron ser vicedecana y acepté. Para mí fue un descanso no tener nada que ver con el dinero.

¿Qué hitos destacaría de aquellos primeros años?

En la medida de las posibilidades del momento se hicieron muchas cosas por la profesión pero para mí, el mayor hito fue el juicio que nuestro abogado Vicente Martínez, cuya implicación era memorable, ganó contra una persona que ejercía como masajista en el Villarreal CF. Fue una sentencia contra el intrusismo que nos situó como pioneros porque a raíz de ella, se consiguió que la Federación Española de Fútbol instara a todos los clubs federados a eliminar al masajista y sustituirlo por un fisioterapeuta. En aquellos años, la mayoría de la sociedad no sabía qué era y que hacía un fisioterapeuta, no se conocía la diferencia con un masajista, y esta sentencia ayudó a esclarecerlo. 

 

"La colegiación enaltece la profesión...La unión es necesaria para llevar esta profesión adelante y darle la importancia y calidad que tiene.
Uno puede y debe estar orgulloso de pertenecer a un Colegio Profesional."

 

En su opinión, ¿por qué es importante un Colegio profesional?

Porque como profesión, te permite hacerte un lugar importante dentro de la sociedad, que los demás te reconozcan. Tener un Colegio asegura que hay una entidad que está controlando que seas un buen profesional, que te ampara y te protege al tiempo que vela por la salud de la ciudadanía y te posiciona ante esta.

En mi opinión, la unión es necesaria para llevar esta profesión adelante y darle la importancia y calidad que tiene. Uno puede y debe estar orgulloso de pertenecer a un Colegio Profesional. 

¿Cree que el colegiado valora el trabajo que realiza el Colegio en la defensa de sus intereses?

Cuando yo estaba desde luego que no y, por lo que veo y escucho, la situación sigue siendo similar. Siempre ha habido gente que se ha dedicado a criticar todo lo que hacía el Colegio, a pensar que quienes estábamos ahí éramos los ‘amiguitos’ de no sé quién y no valoraban, ni valoran, lo que estabas haciendo: una labor altruista dedicando tiempo y esfuerzo personal por la profesión, simplemente porque querías que funcionara y creciera. 

Muchos colegiados critican pero luego ni tan siquiera acuden a una Asamblea, no mantienen una actitud proactiva ni hacen una crítica constructiva. Aquí es donde se pueden cambiar las cosas. Es importante que quien tenga alguna inquietud, problema o que no esté de acuerdo con algo asista a las Asambleas y lo exponga; entre todos se pueden consensuar mejoras. 

Asimismo, es fundamental conocer cuáles son las funciones de un Colegio Profesional, saber dónde tiene potestad y dónde no. Hay mucha confusión con temas del ámbito laboral como salarios, vacaciones, etc. Muchos colegiados critican al Colegio porque no actúa en este campo sin saber que no puede hacer nada, que se escapa a su ámbito de actuación, que son funciones que dependen de los sindicatos. 

Aquí sí que siempre he pensado que, dado que somos un colectivo poco numeroso, debería crearse un sindicato propio de fisioterapeutas que podría tener un nexo de unión con el Colegio, apoyándolo, cediéndole espacios para reunirse, etc. 

Está claro que cree que es importante estar colegiado… 

Sin duda. La colegiación enaltece la profesión. A veces he tenido dudas sobre si la colegiación debe ser obligatoria o no porque creo que deberíamos estar deseosos de pertenecer sin que nada ni nadie nos lo imponga. En este Colegio se paga poco para lo que te ofrecen. Creo que no hay que ser tan individualista, hay que unirse, ser crítico y exponer en el Colegio las cosas que crees que se podrían mejorar. Aquí, participando puedes intentar cambiar lo que no te gusta.

¿Cómo ve al ICOFCV hoy? 

Ha crecido y ha mejorado muchísimo. Hoy el ICOFCV oferta servicios y ventajas que antes eran imposibles porque partíamos de cero y los recursos eran escasos. La pena es que hay muchos colegiados que no conocen a los compañeros que están al frente ni lo que se está haciendo, pagan la cuota pero no asumen todo lo que el Colegio les aporta y puede hacer por ellos. Pienso que hay que acercarse más al colectivo, no sé de qué manera pero sé que sería bueno. 


"Muchos colegiados no valoran la labor altruista que hace un miembro de la Junta de Gobierno... Critican pero ni tan siquiera acuden a una Asamblea. Es importante una actitud proactiva y una crítica constructiva."

 

¿Y a la profesión? 

A nivel profesional, los fisioterapeutas están muchísimo mejor preparados, sin olvidar que hoy la Fisioterapia es un Grado Universitario. 

Sí veo un problema de ratio en la sanidad pública, hay departamentos que están sobrecargados de pacientes. En Atención Primaria se podrían hacer muchas cosas de prevención de la salud y fomentar la fisioterapia a domicilio pero es imposible porque no tenemos tiempo, faltan muchos fisioterapeutas.

Sin duda, la sanidad pública la conoce bien puesto que ha desarrollado casi toda su carrera en ella. ¿Qué opina de la falta de autonomía del fisioterapeuta? 

En la sanidad pública no todos trabajamos de la misma manera, hay sitios donde dependes totalmente del rehabilitador, otros en los que no tanto,… no está homogeneizado. 

El problema viene desde los inicios de la Atención Primaria, allá por los 90. Mientras en otras comunidades se aprobó que el fisioterapeuta tuviera su propia consulta, en la que recibía los pacientes que le enviaban el médico de familia o el traumatólogo sin pasar primero por el médico rehabilitador, en Valencia no fue así. Aquí no interesaba esa autonomía del fisioterapeuta y Atención Primaria funcionaba, y a día de hoy sigue funcionando en muchos sitios, como una rama del hospital. Aunque actualmente los rehabilitadores te dan más libertad, seguimos funcionando diferente a otras comunidades y esa dependencia no beneficia a los pacientes.   

Por último, algún agradecimiento…

Mi agradecimiento a la Fisioterapia porque durante todo este tiempo ha hecho que sea muy feliz cada día, me ha dado muchas satisfacciones. También gracias a Pedro Rosado y a Pepe Melià, que como ya he dicho antes han sido dos personas especiales en mi vida profesional. Y, por supuesto, gracias a mi padre porque por él estudié Fisioterapia. 

Puedes leer la entrevista en el siguiente PDF: Parlem amb...Hortensia Vaello.